FEDRO
La zorra y el cuervo
Como de una ventana
un cuervo un queso robado
Quisiera comerse,
sentándose en un alto árbol,
Lo envidió una zorra,
luego así empezó a hablar:
"¡Oh cómo es,
cuervo, el brillo de tus plumas!
¡Qué gran belleza
llevas en tu cuerpo y en tu rostro!
Si voz tuvieras,
ningún ave superior habría".
Y aquél, mientras
quiere también su voz mostrar,
De su boca abierta
soltó el queso; rápidamente
La astuta zorra lo
arrebató con sus ávidos dientes.
Sólo entonces gimió
el cuervo, burlado por su estupidez.
Quienes se alegran al ser alabados por palabras engañosas,
Sufren, tarde,
castigos de vergonzosa penitencia.
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